La finalidad de la industria publicitaria es incentivar el consumo y, en el ámbito de la higiene bucodental, ha bombardeado nuestras cabezas una y otra vez con imágenes y consejos que no siempre se ajustan a lo que recomendaría un buen dentista. El famoso “nueve de cada diez dentistas lo recomiendan” siempre nos hace preguntarnos por qué el décimo no. Quizás yo mismo sería ese “décimo” en muchos casos como el que os presento hoy.
Pensad en cualquier spot o imagen sobre pasta de dientes. ¿Qué superficie del cepillo está cubierta de pasta? Veamos un ejemplo.
Sin embargo, lo recomendado por los dentistas es usar solamente la cantidad equivalente a un guisante, por lo que nuestro cepillo antes del cepillado debería verse más o menos así:
El único beneficiado de que asumamos esta costumbre es la empresa que vende el dentrífico, puesto que de esta manera se compra con más frecuencia, ya que se gasta antes. Tendemos a imitar lo que vemos en la publicidad; así que si no has acudido al dentista, lo más probable es que llenes tu cepillo de pasta tal y como la publicidad te ha enseñado.
La utilización recomendada de esa pequeña cantidad de pasta no es un capricho. Si utilizamos más generaremos muchísima espuma en nuestra boca, que nos impedirá ver bien todas las zonas; por lo que puede que nuestro lavado no sea tan eficaz. Mucha gente asume que cuanta más espuma hace, más limpia queda su boca. Esto es totalmente falso.
En la próxima entrada de mitos publicitarios os enseñaré con qué frecuencia deberíamos cambiar nuestro cepillo de dientes y qué dice la publicidad sobre ello.