A menudo los pacientes acuden a consulta por dolores en la articulación temporomandibular (ATM), la región a la que se refieren los pacientes es la inserción de la rama de la mandíbula con el cráneo, bajo el pabellón auditivo. Lo que a menudo provoca que los pacientes acudan al otorrino y este los derive al dentista, al maxilofacial o al fisioterapeuta.
La ATM es una articulación bilateral muy propensa a sobrecargarse por el uso constante que hacemos de ella y la fuerza que tiene que hacer para que podamos realizar la masticación. Relacionando estos dos huesos: el cráneo y la mandíbula, existe un disco articular o menisco que se mantiene entre la superficie de ambos huesos modo de cojín para evitar que la fricción de un hueso con el otro los dañe. Este cojín se mantiene en su sitio por una red de ligamentos que actúan como cuerdas manteniendo este cojín en su posición mientras masticamos, mordemos o bostezamos.
Normalmente los problemas suelen surgir con posterioridad a que se fuerce la articulación, lo que provoca que los ligamentos, esas cuerdas que en un intrincado equilibrio de tensiones mantienen el disco en su lugar cedan, den de si y acaben por perder el necesario tono que mantiene ese cojín en su sitio.
Con posterioridad a la extracción de las muelas del juicio debido al tiempo que se tiene que estar con la boca abierta y la naturaleza de la extracción, estos dolores pueden producirse de manera súbita,
En personas que practican deportes y sufren algún golpe o movimiento forzado.
En personas hiperlaxas, con tendencia a la flexibilidad donde puede surgir mas lentamente al principio como un leve chasquido en una de las articulaciones o en las dos (cuando se coloca el cojín en su sitio) cada vez mas audible y que un día de repente desaparece al mismo tiempo que aparece dificultad para abrir la boca al superar un determinado grado de apertura. Lo que ocurre es que ese cojín entre los huesos desaparece porque es desplazado y pasa a existir un contacto entre los dos huesos que se manifiesta con crepitaciones, como si tuviéramos un papel junto al oído o como me comentan muchos pacientes que sienten como si tuvieran arena.
Es en este punto el cuadro puede resolverse de manera natural, pues el cuerpo genera una especie de callo que se interpone entre los dos huesos para hacer las veces de menisco pero también puede que degenere y aparezca una inflamación aguda que se cronifique y pueda desencadenar una artrosis.
En mi experiencia lo que determina que el cuerpo resuelva para bien o para mal depende a menudo de que no forcemos mas la articulación y que permitamos a nuestro cuerpo hacer su trabajo.
Son muy importantes los auto cuidados para no forzar la articulación y que permitamos que la articulación se recupere de forma natural.
Por lo que he podido comprobar lo que complica muchísimo la recuperación de estos casos son los pacientes que sufren del síndrome de apretamiento nocturno (Bruxismo) siendo imprescindible para estos el uso de férulas nocturnas que mantengan la articulación recogida y eviten que forcemos por la noche sin darnos cuenta, pero profundizaremos este tema en la próxima publicación.
